lunes, 6 de agosto de 2012

Historias



-Papá, ven, tengo una tortuga!!!

-Es preciosa, hijo, ¿la has hecho tú?

-Si, yo solito

-¿Cómo se llama?

-El Corte Inglés


Si, Diego también tiene su tortuga y la ha bautizado siguiendo su propio criterio, desconocido para nosotros. No solemos ir ni hablar de el corte inglés en casa, y sin embargo algo ha hecho que él lo incorpore a su mundo de palabras y significados. Significados verdes. Si supiéramos cómo se incorporan las palabras y las historias que se construyen a nuestro alrededor al mundo de representaciones del niño sería todo más sencillo (y yo me quedaría sin trabajo). Lo que está claro es que esto es esencial.

Caro ha leido un libro sobre cómo inventar y contar cuentos que ayuden a los niños a superar los miedos típicos de cada etapa evolutiva, y ahí estamos, intentándolo. Martín está con miedos de mayor; el otro día apareció de madrugada en la habitación para preguntarme si existen los ladrones de niños. Estuve un rato tranquilizándole, y cuando le llevé a la habitación para que se acostara me dijo "papá, mientras yo me duermo tú te quedas explicándome cosas". Necesitamos historias, historias que nos ayuden a dar forma a lo que tememos y a poder relacionarnos con eso, y también necesitamos que se repitan, que se repitan un montón de veces, por que sin historias "la vida no es más que un cuento narrado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que nada significa", que dice Shakespeare en Macbeth. (Supongo que esto es lo que Lacan llama Lo Real). Las historias nos ayudan a negociar con el dolor de la existencia y nos ponen en relación con los demás, en el mundo intersubjetivo, donde nos sentimos arropados.

Pero aún con lo importantes que son, no son sino historias, con minúscula, no La Historia. La Historia es la historia de nuestra vida, la historia que nos contamos. Tendemos a creer que nuestra historia se construye con lo que nos sucede en la vida, que son los episodios que vivimos a lo largo de nuestro desarrollo los que construyen nuestra historia. Esto no es cierto, y no lo es de forma radical, en la raíz. Bowlby estudió el desarrollo de los niños, principalmente desde un punto de vista afectivo y vincular, pero fue incorporando a su teoría los hallazgos de la psicología cognitiva, en especial los relativos a la memoria y la codificación de la experiencia: Tulving, en 1972, distinguió entre dos tipos de memoria, la episódica y la semántica (ambas conforman la memoria declarativa, por oposición a la implícita o procedimental, pero esto se propuso una década más tarde). Los recuerdos que tenemos codificados de forma episódica son evocables facilmente, se narran de forma coherente y consisten en sucesos contextualizados. Son una información bastante fiable de lo que uno ha vivido. Los recuerdos codificados de forma semántica son más difusos y están organizados en torno a significados personales, son más desorganizados. Así, una persona que puede contar que ha tenido una infancia privilegiada y utilizar muchos adjetivos, dar pinceladas impresionistas que conformen una imagen ideal. Pero si le preguntas y logras que acceda a episodios concretos te puede contar experiencias horripilantes. A mayor discrepancia, mayor psicopatología, pero esto es de cajón.

Lo interesante es que en lo que a recuedos infantiles se refiere se han evidenciado dos cosas:

  • Que los recuerdos episódicos reflejan de forma ajustada la vivencia del niño y la memoria semántica representa la historia contada al niño por el cuidador.
  • Que la información, invariablemente, se incorpora sobre la codificación semántica previa 

Es decir, que la raíz no es nuestra experiencia sino lo que nos han contado nuestros cuidadores, y que de forma natural incorporamos nuestra experiencia sobre esta cosmovisión, que es muy dificil de cuestionar. Cuando Groucho Marx preguntaba "¿A quien va a creer usted, a mi o a sus propios ojos?" estaba, como siempre, poniendo el dedo en la llaga. Las preguntas son dos:

  •  ¿cual es la historia que les estamos contando a nuestros hijos acerca de ellos, de su mundo y de su papel en este?
  • ¿Esta historia es congruente con su experiencia directa?

Ayuda!

Nch

2 comentarios:

  1. Gracias Nacho por enviarme el link.

    Me ha gustado mucho y una pena que no mantengas el blog mas activo, porque escribes muy bien.

    Con respecto a lo que cuentas de los hijos, mejor no opino nada, leo y escucho atentamente, que falta me va a hacer dentro de muy poco.

    Por otro lado, en cuanto a lo de las historias, los recuerdos episódicos y como encajan en el mundo semántico, me ha aportado datos muy interesantes la verdad, algunos los desconocía. Pero si, en nuestro trabajo esto se ve, las experiencias son encajadas en el universo simbólico que se va transmitiendo por parte de la familia. Y a menudo son bastante incongruentes con la experiencia directa.

    Yo añadiría, que la experiencia del individuo no solo queda codificada de forma episódica, sino también en su vertiente implícita, relacional o procedimental que tu mencionas también. Una forma de recuerdo no consciente, pero que afecta y mucho al sujeto. Creo que este otro "camino" de la experiencia sigue sus propias leyes y deja sus propias marcas, mas alejadas de los significados simbólicos y conscientes, aunque conviviendo con ellos, por supuesto. Por ejemplo, tu hijo, tendrá en su cabeza muchos cuentos e historias de esas que le lees cuando se va a dormir, y esto tendrá importancia. Pero sobre todo creo que tendrá una huella aun mas importante, aunque quizá difícil de recordar, de que ha habido alguien que "mientras el se duerme, se quede ahí explicándole cosas", mas allá de que cosas sean esas.

    Por cierto Diego es un nombre que ha cogido mucha fuerza en nuestras candidaturas... va ganando de momento.

    Saludos

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  2. Ay Nachete, cómo me gustan tus reflexiones... Yo también me pregunto sobre la narrativa que le aporto a Jorge, la que ya le estoy creando a Irene desde su "diario de embarazo" y sobre la coherencia que ello tiene no sólo con su experiencia sino también con la mía... Porque de repente me encuentro con una pregunta que no me espero o con un aspecto del que me resulta más dificil hablar (la violencia, p.e.) pero ahí está, la realidad y tu hijo preguntandote por ella... Y lo que nos queda!
    Laura

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